El arzobispo Ryabukha habla de su experiencia en las zonas más afectadas por el conflicto. Su voz está acompañada de infografías y un reportaje que explica las divisiones entre los cristianos en Ucrania y Rusia, dramáticamente en el centro de las noticias estos días.
“Donde todavía existe la posibilidad de hacerlo, los niños tratan de compartir momentos de catequesis, comidas juntos, juegos, actividades extraescolares, y crear una sensación de seguridad, de serenidad, a través de momentos de oración -dice-. Porque sentirse en familia, esta oración juntos, devuelve el sentido de la presencia de Dios en vuestra vida".
El salesiano habla también de las experiencias juveniles y campamentos de verano realizados en el Donbass -en el que se inserta la diócesis de la que es auxiliar- y donde en los años pasados esa región ua sufría la guerra. “El pensamiento con el que fuimos fue el de darle a los niños la oportunidad de volver a respirar aire sano, sin escuchar disparos y ni explosiones, relajarse y estar serenos... Con comidas garantizadas regularmente, lo que no es común donde hay guerra.
A través de sus experiencias pastorales el arzobispo salesiano conoció a miles de jóvenes y tuvo una idea muy clara de sus características: “Tienen un profundo sentido de libertad, que los abre a la vida. (….) Y son más abiertos que la generación anterior: en nuestro oratorio también asisten jóvenes de diferentes comunidades ortodoxas”, testimonia el prelado. Esto también subraya los signos de fraternidad en medio de la brutalidad de la guerra: “Todos los días vemos a personas pertenecientes a diferentes confesiones trabajando codo a codo para ayudar a los necesitados. En la guerra no hay tiempo para pensar en cómo crees en Dios; se entiende que este es el momento de orar juntos y estar juntos”.
Sobre la intervención de las organizaciones eclesiales durante la guerra, el arzobispo Ryabukha explica: “El compromiso social es muy amplio: por un lado está la Cáritas, que actúa tratando de dar garantías a nivel humanitario; luego están los centros psicológicos en las parroquias; centros sociales donde la gente puede reunirse para salir de la opresión de los problemas en los que vive; sacerdotes y laicos están comprometidos en el campo médico; y tantos otros que con su trabajo se comprometen a garantizar el pan, la comida y las necesidades básicas”
La entrevista completa está disponible en italiano en el canal de YouTube del Centro PIME.