En la concelebración eucarística estuvieron presentes cinco Inspectores salesianos de la Región Asia Sur, junto con el Consejero para esa misma Región, padre Biju Michael, y muchos otros sacerdotes de las tres Inspectorías del Nordeste de la India: Guwahati, Dimapur y Shillong.
La celebración eucarística fue inaugurada con una procesión introductoria de las aspirantes de las Hermanas de la Visitación de Don Bosco - XXX grupo de la Familia Salesiana, y fue animada musicalmente por el coro del “Monte Carmelo” de Mawlai. Los participantes en la Expo Juvenil del Centenario -más de 1.500, entre jóvenes y sus acompañantes de la Familia Salesiana- fueron guiados a una participación devota a través de una liturgia muy animada organizada por la Inspectoría FMA de Shillong.
Al comienzo de la Misa, el padre Paul Olphindro Lyngkot, Inspector salesiano de Shillong, hizo una introducción en la que dio la bienvenida a todos y trazó un breve perfil de la vida del Beato Miguel Rúa, el día de su memoria litúrgica y en particular, de este 2022, porque se cumplen 50 años de su beatificación.
Durante la homilía, el Rector Mayor instó a los jóvenes a discernir cuál es su vocación, planteándose la pregunta más importante de su vida: "Señor, ¿qué quieres de mí?" y añadiendo que la respuesta tendrá que salir del fondo de sus corazones.
De hecho, afirmó que un joven cristiano no puede decidir qué dirección dar a su vida sin hacerse esta pregunta.
Luego invitó a los jóvenes a comprometerse en cualquier camino que tomen: construir una hermosa vida familiar o dar su vida como sacerdotes o religiosos o religiosas. Recordó a los salesianos educadores: “No quiero ver a un salesiano o a una hermana salesiana de Don Bosco sin una sonrisa o con dolor de estómago”, porque, explicó, “los jóvenes tienen derecho a ver felices a sus educadores”; por otro lado, también invitó a los niños y niñas a hacer su parte, agregando que los educadores tienen derecho a ver jóvenes generosos.
Después de la Eucaristía, se tomaron fotos de grupo y comenzó la sesión de diálogo e interacción entre el Rector Mayor y los jóvenes. Como es típico en estos casos, el padre Ángel se puso a su completa disposición, respondiendo y aclarando sus preguntas e inquietudes.
Hablando de lo que caracteriza la espiritualidad salesiana, afirmó que es “una espiritualidad de amor, de trabajo y de servicio a los demás”, y luego recordó que el mismo Don Bosco decía como en en Valdocco la santidad consistía en “estar siempre felices”.
Luego recordó su camino vocacional y reiteró a los jóvenes que todo itinerario de vida puede ser fecundo, feliz y hermoso, siempre que se desarrolle en Dios: “Queridos amigos, si Dios les llama a la vida religiosa, respondan activamente. Si les llama a la vida familiar, asegúrense de servir a los demás. Si llevan a Jesús en vuestro corazón, podrán dar testimonio de él donde ustedes estén”.
Por eso, respondiendo a una pregunta sobre la importancia de acercarnos a los sacramentos y a la Iglesia, añadió que la relación con Dios es "la garantía de vuestra felicidad" así como "lo más importante de nuestra vida". Luego renovó su invitación a aprovechar al máximo los años de la juventud, preparándose para ser personas de bien, ciudadanos adultos responsables.
Finalmente, cuando se le preguntó su persona, afirmó que se sentía feliz, “un sencillo salesiano que trata de dar lo mejor de sí mismo”; y ante las múltiples necesidades y compromisos que hoy les incumben a los Hijos de Don Bosco en todas sus tareas y servicios cotidianos, insistió en la necesidad de la colaboración de laicos bien formados y bien dispuestos, e invitó directamente los y las jóvenes presentes, a continuar también como adultos, acompañando la misión salesiana.
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