"Yo, con el P. Buratti y los muchachos en medio del campamento de verano estoy en Kafroun, a unos 40 km de la frontera con el Líbano. Por desgracia estamos atrapados: tuvimos que volver el martes 9, pero ya no se puede, porque una vez más Alepo es una ciudad sitiada", nos informa P. Pier Jabloyan, SDB.
Incluso en esta condición el P. Jabloyan puede encontrar razones para la esperanza y la gratitud. “En esta situación veo cuán hermoso es la familia, atenta a las necesidades de los demás y al compartir no sólo las alegrías, sino también los dolores. Por ejemplo, después de nosotros a este lugar, debían llegar para el campamento de verano los Salesianos de Damasco con un grupo, pero han decidido posponer la fecha porque ahora estamos viviendo en esta casa. Esperamos volver pronto a nuestra ciudad, a nuestras casas".
“La principal preocupación son las familias de los muchachos que permanecen en Alepo, una ciudad en estado de sitio", en el que los precios han subido mucho, los servicios públicos son mínimos, no se tiene agua, no hay electricidad, ni petróleo, ni gas, ni pan, ni verduras…", añade el P. Jabloyan.
El Oratorio Salesiano de Alepo, bajo la dirección del P. Georges Fattal, SDB, continúa su servicio, pero la situación en la ciudad sigue siendo preocupante. Los signos positivos como la tregua de tres horas al día para distribuir el agua y la ayuda la población, se ven socavados inmediatamente por la triste noticia de nuevos ataques con bombas que contienen cloro.