La semana pasada, el diácono salesiano José Alves acompañó a la coordinadora de la “Pastoral da criança” (Pastoral para los Niños), Deusmira Moreira y a la nutricionista de CASAI, Delma Cristina, en una visita a las aldeas habitadas por los indígenas Xavante de São Pedro, Salvador, Podzenho'u, Immaculada Conceição, Cristalina, Liderança, Bom Jesus y Teihidzatsé. El objetivo principal fue seguir los casos de niños con bajo peso en la microárea de salud de São Pedro, orientando a los padres y derivando los casos más graves a la unidad de salud de competencia.
“Este trabajo colaborativo es muy bueno porque cuando la gente sale de aquí, ya tienen una lista de niños que en los pueblos ya han sido identificados con bajo peso, muy bajo peso o ya sufren de desnutrición y por lo tanto tienen que ser acompañados. Quien transmite estos datos a la nutricionista de la ciudad es el equipo de salud ubicado en la zona”, explica el diácono salesiano.
La visita es muy sencilla: el nutricionista nota el bajo peso o la desnutrición del niño y orienta a la familia para que sean enviados a CASAI de Campinápolis para su hospitalización. En CASAI se realiza un mejor seguimiento de las comidas, con la administración de alimentos varias veces al día, con la supervisión de la nutricionista que revisa al niño para que pueda superar esa situación de bajo peso, adquiera un peso normal y recién entonces regrese a su pueblo.
Una de las dificultades encontradas por el equipo en este trabajo es que existe resistencia por parte de algunos papas indígenas para permitir que sus hijos sean enviados a CASAI, debido a las condiciones estructurales del lugar donde se alojan los acompañadores de los niños. También existe el temor de que el niño o adulto que lo acompaña pueda tener contacto con pacientes con otras enfermedades y contagiarse, como con el Covid-19. “En los casos en que los padres no quieren traer a sus hijos y no podemos obligarlos, les entregamos un kit que ofrece la Pastoral para los Niños. Se trata de un 'kit de sopa' que contiene verduras, espaguetis, carne picada o pollo, obtenidos a través de donaciones, que se reparten a la familia, para que el niño reciba cada día una alimentación un poco más rica. El desafío es que muchas veces hay poca comida y hay mucha gente en la familia, y entonces no todas las familias asignan esa comida al niño que realmente la necesita”, explica el padre José Alves.
Durante la visita de la semana pasada, además de los niños previamente identificados con bajo peso y desnutridos, se encontraron otros en la misma situación. Son niños de 0 a 6 años que se someten a evaluación periódica por técnicos de CASAI y de la Pastoral Infantil.
“Esta colaboración con CASAI es muy positiva porque se implica al personal sanitario, en este caso a la nutricionista y también a las enfermeras que ya trabajan en la zona, y para que pueden informarnos de los casos más graves para que podamos intervenir con las familias y los entes responsables de la ciudad de Campinápolis. La misión salesiana de la parroquia 'São Domingos Sávio' agradece a la coordinadora Deusmira y también al equipo de salud que trabaja con los niños indígenas”, concluye el salesiano.