En la capital de Punjab de Pakistán, con más de 11 millones de habitantes, existe miedo y precaución debido a los ataques terroristas, especialmente después de la infame "Ataque de Pascua", que tuvo lugar en el parque de Gulshan-e-Iqbal, que causó 81 víctimas, en su mayoría niños y adolescentes. Desde entonces, más de un millar de jardines públicos de Lahore están desiertas. Más allá de las situaciones difíciles, las personas afectadas por esta tragedia, que han perdido hijos, amigos y familiares, no han perdido la fe, la han reforzado.
El P. Francis Gulzar recuerda el ataque del 15 de marzo de hace un año y la intervención decisiva de Akash Bashir, joven ex alumno de la escuela técnica salesiana en el distrito predominantemente cristiano de Yuhannabad. Abrazó a su agresor, protegiéndolo con su cuerpo; perdió la vida, pero salvó la vida de muchas otras personas, impidiendo entrar en la iglesia que estaba llena de fieles. “Su valor, su fe, su dedicación a la comunidad es un ejemplo para todos”, expuso el P. Gulzar.
Pakistán actualmente está experimentando una primavera de vocaciones, muchos jóvenes quieren ser sacerdotes o religiosos, ofreciendo su vida a Cristo. En poco más de un año en Pakistán se han registrado 23 ordenaciones sacerdotales, entre sacerdotes diocesanos y religiosos, 15 nuevos diáconos que se preparan para ser sacerdotes en 2016. Veintiséis jóvenes están en el Seminario Menor de Santa María y 96 en el seminario mayor de Lahore y otros 79 están asistiendo al Instituto Nacional de Teología en Karachi. Los salesianos también celebran la ordenación del primer sacerdote salesiano paquistaní, ordenado el 24 de mayo con motivo de la fiesta de María Auxiliadora: el P. Noble Lal.
“¿Por qué he donado mi vida a Pakistán? Porque Jesús nos ha dicho que cualquier cosa que hagan al más pequeño de mis hermanos, me lo hacen a mí, sin especificar si esos pequeños debían ser cristianos, musulmanes o hindúes”, manifestó el neo sacerdote a la Familia Cristiana.
