¿Cómo observa la situación de Venezuela?
La situación en Venezuela ciertamente ha empeorado mucho porque el Covid-19, que concierne a todo el mundo, ha encontrado a mi país en un estado de minusvalía. La gente estaba experimentando una grave escasez de alimentos y los hospitales ya no tienen recursos.
¿Los datos oficiales describen realmente que la situación se encuentra bajo control?
El gobierno está ocultando cosas. No hay combustible para transportar alimentos y otras cosas necesarias. Ahora mismo la gente tiene que hacer hasta tres días seguidos para comprar 20 o 30 litros de gasolina. Esto es muy grave para la población, pero también para los productores de alimentos que no pueden ir del campo a las grandes ciudades. En la zona de los Andes con vocación agrícola, se está perdiendo la producción porque no hay posibilidad de venderla.
Los ciudadanos con la frase “quédate en casa” ¿cómo están reaccionando?
Es difícil para todos quedarse en casa porque la mayoría de nuestra población vive del trabajo diario: 'con lo que gano hoy compro comida para el día'. La gente que tiene más posibilidades puede salirse con la suya, pero en los barrios de clase trabajadora la cuarentena no puede funcionar.
El gobierno siempre ayudó a la clase más débil para mantener el consenso ¿Qué nos puede decir al respecto?
Todavía existe el programa para llevar comida a cada familia, pero cada vez es más difícil de implementar. El Estado se ha visto reducida en la producción de alimentos y, al mismo tiempo, los recursos financieros con los que comprar productos en el extranjero. Esta es una emergencia que no se reconoce. A esto hay que añadir el limitado suministro de agua potable, que no llega a todas partes todos los días porque en el pasado reciente no se ha realizado ningún mantenimiento. En muchos casos el agua llega una vez a la semana. Si la prevención por el Covid-19 se hace también con la frecuencia de lavado con agua y jabón, podemos entender lo que está pasando en Venezuela.
¿Cuál es el clima social en estas semanas?
No sabemos cómo podría reaccionar la gente en este contexto. Podrían rebelarse en cualquier momento, incluso sin un plan. Los que estudian los temas sociales temen que se produzca un aumento de violencia. Esto también es temido por el gobierno, que ha declarado un estado de emergencia, con personas que no pueden permanecer en lugares públicos. Los militares pueden así reprimir cualquier intento de manifestar el malestar social desde el principio. La situación está empeorando día a día.
Sin poder comunicarse en persona o a través de los medios de comunicación ¿es difícil que las personas entiendan la situación?
Es difícil para cualquiera persona entender lo que está incubando bajo el amparo de la desinformación. Pero la gente está abriendo los ojos, no son felices. No dicen nada porque todo está oculto, todos viven sumiso y oprimido por las armas.
¿Qué pueden hacer los Salesianos en esta situación?
En primer lugar, sufrimos la misma condición que los venezolanos. Hace unos días tuve una reunión por internet con los Consejeros Inspectoriales. Las comunidades tienen problemas para comprar alimentos. Por ello es indispensable la ayuda que llega de “Missioni Don Bosco”.
Las iglesias están cerradas. Se está intentando mantener los lazos con las comunidades a través de las redes sociales. Durante la Semana Santa se transmitían servicios religiosos para aquellos que podían conectarse.
Nuestro estudiantado de teología se encuentra al pie de una colina y celebran la liturgia al aire libre para que pudieran ser vistos desde las casas cercanas. La gente miraba a través de las ventanas y puertas, y escuchaba la liturgia a través de los altavoces.
Normalmente intentamos estar cerca con los enlaces Web durante las celebraciones, las oraciones, las reflexiones. La actividad de las parroquias se ha detenido, y las ofrendas con las que podemos ayudar a los más pobres no llegan.
¿Y cuál es la situación de las escuelas?
Nuestras escuelas se encuentran cerradas. El año escolar debe terminar en julio, pero ciertamente los estudiantes y los profesores no volverán a las aulas. Estamos tratando de compensarlo con la enseñanza a distancia, pero sabemos lo precaria que es la Web. Tratamos de estar cerca de los niños y jóvenes para que pueden conectarse, acompañamos a los niños y jóvenes como podemos.
Padre Montenegro, Ud. es el punto de llegada de muchas quejas y recibe los ecos de las ansiedades de este tiempo ¿Qué nos puede decir al respecto?
Una señora, que viene a misa al estudiantado teológico nos expresó que su hermana no tenía dinero para ir a un hospital privado por los problemas respiratorios que surgieron por el Covid-19. Fue trasladada a un hospital público, donde faltaban los dispositivos necesarios. Murió sin tratamiento. Situaciones como esta ocurren todos los días. No sabemos realmente lo que pasa en las familias, cuánta gente muere. El momento más difícil llegará en mayo, cuando la incubación masiva del virus se vuelva explosiva.