Timor Oriental – “Mi vocación misionera es el mejor regalo que he recibido”

07 Febrero 2017

(ANS – Laga) – “Pensando en los comienzos de mi vocación misionera, me acuerdo siempre cómo, cuando era niño, mi madre me llamaba para hacer algo: ‘ven, haz esto o aquello’; yo procuraba dejar todo lo que estaba haciendo y hacer lo que me pedía de la mejor manera posible. Mi vocación misionera es como esta llamada en un determinado momento de mi vida.”

por el p. José Dwight San Juan,

Salesiano misionero filipino

Recuerdo que como posnovicio había pedido ir a las misiones. Tres de mis compañeros fueron enviados a Papúa Nueva Guinea, pero yo no. Esto me hacía pensar varias veces: “¿Por qué no me han mandado?” Sin embargo siempre alimentaba mi vocación misionera. Y he mantenido siempre el fervor misionero que ardía en mi corazón dando lo mejor de mí en todas las ocupaciones que me han encomendado tanto en el tirocinio como durante los estudios de teología.

Finalmente, durante mi último año de teología, mi director me comunicó que tenía un doble regalo para mí: mi petición de ordenación sacerdotal había sido aceptada positivamente y que sería enviado como misionero a Timor. Pero mi vocación misionera tuvo la primera pureba de fuego.

Cuando llegué a Timor en 1992 comenzaba su fuerte movimiento de independencia de Indonesia. En realidad fue un milagro conseguir el permiso de entrada en Timor, pero cuando respondemos su llamada, Dios se encarga de todo lo demás. Cuando se desencadenó el desconcierto civil muchas de nuestras casas fueron quemadas; entonces mi Inspector me pidió que acompañara a nuestra gente que huía de la violencia que estaba consumiendo el país. Era el caos total.

Perdimos la comunicación con todos. Como algunos hermanos llegaron a pensar que yo estaba muerto, ya había ofrecido misas por mi descanso eterno. Viví varios meses entre los refugiados timireses en Australia. Pero nunca dudé de la protección de Dios para todos nosotros.

En estos años he afrontado muchas situaciones difíciles y peligrosas pero nunca he lamentado ser misionero. Yo pensaba que ser misionero sólo era predicar, enseñar, etc., pero ahora, después de 25 años, me doy cuenta de que ser misionero significa ser paciente, humilde, delicado.

A veces me sucede que me encuentro con personas de las que apenas me acuerdo y que me dicen: “Gracias por haberme acercado al Señor”, sólo por haberles prestado algún servicio cuando eran jóvenes, muchos años atrás.

De veras, puedo decir que mi vocación salesiana sacerdotal y misionera es el mejor regalo que he recibido de nuestro Dios misericordioso. Cuando el Señor llama no tenemos que tener miedo a responder, ¡Él se encargará de todo lo demás!

InfoANS

ANS - “Agencia iNfo Salesiana” - es un periódico plurisemanal telemático, órgano de comunicación de la Congregación Salesiana, inscrito en el Registro de la Prensa del Tribunal de Roma, Nº. 153/2007.

Este sitio utiliza cookies, para mejorar la experiencia del usuario y por motivos estadísticos. Al entrar en esta página declaro que estoy de acuerdo con el uso de cookies. para saber más o negarse a usar este servicio has clic en el botón "Más informaciones"